lunes, septiembre 14, 2015

Quiche Alcachofas Ricotta y Pistachos con Masa Integral



Según la mitología griega, el dios Zeus se enamoró de una muchacha de la isla de Zynaray, al ser rechazado, la castigó convirtiéndola en alcachofa. Quizás para contagiarse de sus “divinas” propiedades, los griegos y romanos las consumían, aunque se trataba de una variedad diferente: la alcachofa silvestre, que era muy similar al cardo.

La alcachofa es el capullo de la flor de un tipo de cardo. Su origen es africano. Parece que su nombre proviene del término árabe al´qarshuf que significa algo así como “cardo pequeño”. Fueron los árabes quienes extendieron su cultivo por Europa durante la Edad Media.

Durante la Edad Media no se conocía la alcachofa, y se piensa que en esta época, del cultivo sucesivo de los cardos, los horticultores poco a poco los transformaron hasta conseguir la alcachofa. Ya era consumida en la Italia del siglo XV. Venida de Sicilia, aparece en la Toscana hacia 1466. La tradición dice que fue introducida en Francia por Catalina de Médicis a la que le gustaba comer corazones de alcachofa. Esta florentina las llevó desde su Italia natal al casarse con el rey Enrique II de Francia. Luis XIV era así mismo un gran consumidor de alcachofas. Los colonos españoles y franceses en América.

Las alcachofas ya eran una exquisitez en la antigua Roma, algo de lo que Plinio se sentía avergonzado: “y así convertimos en un corrupto banquete las monstruosidades de la Tierra, aquéllas que hasta los animales evitan instintivamente”. Ya en el siglo XVI, al gran Bartolomeo Scappi, cocinero personal del papa inquisidor Pio V, se le ocurrió rellenar las alcachofas con una mezcla de carne magra de ternera, queso, huevos, jamón, ajo y hierbas aromáticas. Fue un éxito que todavía se puede degustar en algunos locales de la Roma actual.

Pero, sin lugar a dudas, la historia más divertida es la de Angelo Valiani, el llamado “maestro del buffet frío”. A finales del siglo XIX él creó la receta de los carciofi sott´olio (corazones de alcachofas en aceite). En aquel entonces eran consideradas una exquisitez (lo siguen siendo) y Valiani se hizo rico vendiendo alcachofas en aceite. Tanto fue el éxito y tanto la gratitud que les guardaba a sus hortalizas que decidió bautizar a su hijo con el nombre de Carciofino. Llegó el día señalado en la iglesia de Ortebello y el sacerdote se negó en un principio a bautizar al niño con ese nombre: “¿cómo podrá vivir alguien con un nombre así?”. Valiani lo convenció diciéndole: “Padre, si nuestro Papa lleva el nombre de una bestia salvaje, concretamente León XIII, mi hijo bien puede llevar el de una planta”. Parece que, desde entonces, hay varios Carciofinos circulando por Italia.

La alcachofa estimula la función del hígado entonando las células hepáticas y por consiguiente es sumamente eficaz en las enfermedades de este órgano, como su insuficiencia y congestión. Además regula las alteraciones de las vias biliares y es benéfica en el tratamiento de la ictericia.

Algunos compuestos fenólicos de las alcachofa tienen propiedades antioxidantes y reductoras del colesterol y según Harold McGee hay un compuesto, la cynarina, es uno de los varios fenoles que contiene la alcachofa y es responsable de que, después de comerlas, lo siguiente que pruebas sabe dulce. Al parecer, la cynarina inhibe los receptores de lo dulce de nuestras papilas gustativa.

Esta receta me recuerda mi primera nana llamada Luz (que en paz descanse), gran cocinera, me cocinada siempre este Quiche de Alcachofa, que me encantaba cuando chico (8 años), siempre le pedía que lo preparara y era mi plato favorito.

Un consejo: a la hora de la compra y para reconocer su frescor, hay que comprobar que pese en la mano, que sea firme y que sus hojas estén bien apretadas. Septiembre es el mes que parte la venta de las mejores alcachofas.

Ingredientes Masa

150 gr. Harina Integral
150 gr. Harina Blanca sin Polvos
90 gr. Aceite de Oliva extra virgen
25 gr. Semillas de Amapola
25 gr. Semillas de Maravilla Peladas
25 gr. Semillas de Sesamo Blanco o Negro
5 gr. Oregano seco
5 gr. Polvos de hornear
3/4 Agua Caliente (puede ocupar un poco menos)
10 gr. Sal
- Alusa foil
- Aceite o mantequilla para el molde
- 1 kilo de porotos para dar peso y no deformar la masa en el horno.

Harina para poner en la mesa y dar forma a la masa

Preparación Masa Integral

- Prenda el horno a 180ºC
- Mezcle todos los ingredientes secos, agregue el aceite y vaya agregando de a poco el agua hasta que se forme una masa uniforme.
- Ponga la masa sobre una mesa con harina integral y úsleree hasta formar un circulo de unos 35 cm de diámetro.
- Aceite o enmatequille el molde (30 cm).
- Monte la masa encima del uslero y cubra el molde con la masa dandole forma uniforme, con un borde que cubra el molde.
- Cubrar con la masa en el molde con alusafoil y ponga los porotos para que no se deforme en el horno la masa.
- Cocine por 20 minutos. saque del horno y retire el alusafoil y los porotos.


Ingredientes Quiche

650 Gr. Contenido de 6 Alcachofas aprox. cocinadas al vapor (así quedan más verdes)
70 gr. Pistachos
400 Gr. Huevos de Campo
400 gr. Ricotta
100 gr. Queso Mozzarella rallado
1 Cucharada de Pesto
1 Cucharada de Oregano
1 Cucharada de Sesamo para decorar


Preparación Quiche

- Prende el horno a 180ºC
- Mezcle los huevos y la ricotta con un batidor hasta quedar una pasta uniforme.
- Mezcle la pasta de ricotta y huevo con las alcachofas, agregue el oregano, los pistachos, el pesto, la mozzarella y revuelva bien.
- Vierta el contenido anterior en el molde con la masa integral semi cocinada.
- Espolvoree su superficie con semillas de sesamo.
- Cocine por 35 minutos a 180ºC o hasta que este dorado su superficie.


Paso a Paso


































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